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J.L.o y el Mendigo capitulo 3

J.L.o y el Mendigo capitulo 3
J.L.o y el Mendigo capitulo 3
La hermosa hembra en manos del pordiosero.
El harapiento vagabundo entre nervioso, caliente y emocionado cruzó con su destartalada carreta por entre medio de todos los delincuentes, no hubo ninguno de ellos que le prestara la mas mínima atención a aquel andrajoso y hediondo sujeto.
Hasta que una vez estando ya internado por los basurales aledaños a las fábricas y ya muy lejos de todo peligro el desastrado vagabundo llegaba por fin a su casa cargando en su carretón de mano su extraordinario trofeo femenino.
--Hemos llegado dulzura… ya puedes salirte de mi carrunchi, jijiji. –Le notificó una vez que ya estuvieron detenidos.
--De verdad…?, ya no están esos sujetos…!?. –Jennifer aún estaba temerosa de la situación, por lo tanto le consultaba sin ni siquiera querer moverse aún.
--Nooo…!, ahora estamos bien lejos de donde viven esas bandas de maleantes, así que ya puedes bajarte con toda seguridad.
--Dónde estamos? -consultó con algo de desconfianza
--Pus estamos en mi casa… donde mas, -le dijo el indigente con algo de orgullo. Y es que así se sentía el pobrecito, estaba realmente orgulloso de su hazaña, si esta era la primera vez en su vida que traía una chica hasta su casa, y que clase de chica, nunca se lo habría imaginado que el día que lo hiciera iba a ser con nada mas y nada menos que la exitosa cantante latina Jennifer Lopez.
La tarde ya estaba dando paso al anochecer pero con la luz suficiente para que nuestra angustiada protagonista viera el espeluznante panorama del lugar en donde estaba metida.
Pero lo que la dejaron realmente sobrecogida y en total estado de estupefacción tanto por ser ella también parte de ese desamparado y carente espectáculo fue del mismo modo darse cuenta de la cruda pobreza e inhumana forma de vida que llevaba aquel pobre hombre con el cual ella se tendría que acostar según le iba refrescando su mente.
Por su parte el negro y estrafalario pordiosero se estaba dando el gusto de su vida mirando a sus anchas aquel estupendo y curvilíneo bocado femenino que el destino le había puesto a su disposición.
La que iba a ser su hembra según ella mismita se había comprometido estaba en esos momentos observándolo todo según podía apreciar, su chaqueta café clarita y muy cortita con la cual enseñaba una generosa parte de sus piernas.
--Oye putita… debes estar muy cansadita con todo lo que te ha sucedido… que tal si te sientas un ratito para que descanses mientras yo hago fuego.
Jennifer con mucho cuidado se fue a sentar al reconfortante e improvisado diván que le ofrecían.
Al negro vagabundo casi se le cayeron las babas en el momento en que la Diva con mucho cuidado y delicadeza poso su redondo y generoso trasero en las maderas del cajón tomatero quedando con esos apetecibles muslos dorados bien levantados para beneplácito de la agotada visión del ya no tan infeliz mendigo el cual se preguntaba que como se vería ella con esas hermosas piernotas abiertas.
--Jijiji… estas muy buena zorrita… y pensar que en un ratito mas todas tus cositas serán todas para mi… ahorita cenaremos algo rápido para que luego nos metamos al interior de mi casa para que me muestres esos hoyos tuyos que deben saber a dioses. –El viejo por cada minuto que pasaba iba agarrando más confianza con ella y se lo demostraba con las leperadas en que le recordaba que ambos se tenían que acostar según habían acordado, esto lo había hecho justo al frente de ella y mientras se sacaba de las patas los diarios que usaba como calzado.
Y claro que tenía razón nuestra poderosa hembra ya que el hediondo pordiosero ahora se lo decía abiertamente,
--Estamos wacha rica… enseguida mismo vamos a acostarnos, jijiji no sabes las ganas que tengo de verte encuerada, -junto con decirle esto último el asqueroso sujeto ya no aguantándose más posó su negra mano encima de uno de los dorados muslos de una Jennifer que le dieron ganas de salir arrancando disparada tal como lo hizo cuando huyó de los anteriores facinerosos que la habían acosado.
La hembra nuevamente creía ver en los oscuros ojos del indigente esos mismos deseos lascivos y lujuriosos que ya le había visto en dos ocasiones anteriores de aquella enajenada tarde.
--Ehhhh…! Ahhhh…! si… esoooo…!, s… señor la verdad es que yo aún no tengo sueño… que le parece si…
--Y quien te dijo que nos íbamos a ir a dormir puta!?, yo lo único que quiero es meterte la verga, sino no me hubiera arriesgado a traerte hasta mi casa entre medio de todos esos maleantes que me hubieran apaleado si se hubiesen percatado de que te estaba ayudando, así que vamos no seas malagradecida y metete al interior de mi casita, -el viejo pordiosero si bien no era una bestia de hombre como lo era el energúmeno que la quería raptar para prostituirla si se sintió algo molesto ya que en el acto se percató que aquella atractiva mujer también se le estaba arrepintiendo como lo hicieron muchas en los tiempos de que él era más joven.
Jennifer rápidamente se puso de pie para quedar parada delante del viejo, y al estar consciente de que la situación se estaba poniendo tensa para ella y muy candente para el vagabundo se dio a intentar de explicarle que ella no quería acostarse con él debido al profundo asco que le tenía, claro que no se lo diría de esa forma, lo menos que deseaba la mujer en esos momentos era hacer sentir mal a la única persona que la había ayudado hasta el momento.
-Señor… mire, la verdad es que lo he pensado mejor y creo que no me acostaré con Usted…, no puedo, si ni siquiera lo conozco… como tampoco me sé su nombre, pero sepa Usted que le estaré eternamente agradecida por haberme ayudado.
El deslucido y negro viejo luego de recorrer varias veces aquella imponente escultura femenina tan llena de diabólicas curvas y que sus muslos brillaban a luz de la fogata, por fin cayó en cuenta de que la muy zorra ahora sí que se le estaba corriendo olímpicamente del trato que ambos habían hecho.
--O sea… me mentiste para que te ayudara…!?, -le preguntó en forma incrédula desde su improvisado asiento de palo y mirándola hacia arriba.
Conclusiones: De alguna forma debía hacer que la Hembra con cara de puta adinerada siguiera tomándole confianza, no debía espantarla por nada del mundo para luego confundirla y hacer que ella entrara solita a su casucha, por lo que se dio a iniciar un rápido plan de ataque y hacer que esa despampanante y femenina yegua se equivocara en algo y fuera ella sola quien terminara abriéndosele de patas.
Jennifer mientras veía el pasivo estado con que dejó al viejo después de decirle su verdad se percató que a este se le llenaron los ojitos de lágrimas y que luego de limpiárselas le decía sin atreverse a mirarla:
--Es porque yo soy negro y tu eres no… verdad…?, -le dijo teatralmente el pordiosero intentando darle pena a esa soberbia hembraza que se le quería arrancar de su verga.
La potente mujer en el acto le contestó con profunda sinceridad,
--Noooooo…! Como me dice eso!?, ese sería el ultimo motivo…!, yo no soy así…!, como se imagina tal cosa!?, -y era verdad lo que le decía la escandalizada Jennifer, ella no quería acostarse con él por la sencilla razón de que ella no era una cualquiera.
Mientras tanto el negro indigente seguía con sus falacias:
--P…ues… pues yo así me lo imagino, y aunque me lo niegues sé que es por eso…, -continuaba atacando el vagabundo poniéndole su mejor cara de cordero degollado, de reojo veía la cara de angustiada que había adoptado aquella hembra de orígenes Latinos según él lo creía, ya que una vez un amigo pordiosero igual que él le había enseñado que todas las Hembras Latinas tenían curvas de infarto.
--Usted está equivocado…!, yo no tengo nada en contra del color de su piel ni de sus orígenes, esas cosas son de gentes ignorantes, pero por favor entienda mi posición.
(La posición en 4 patas en que te tenga cuando te la mande a guardar por el culo desgraciada, es la única posición que yo entiendo en este minuto, Ufff que piernas que se gasta esta yeguaaa…!!!, era lo que pensaba y se decía el negro harapiento en el momento en que nuevamente subía su vista para seguir suplicándole.)
--Entonces hagámoslo… vamos se buenita con este pobre viejo negro, si no te cuesta nada…!, -le decía ahora estirándole su negra mano tal cual como lo hacía en los momentos en que se dedicaba a limosnear tirado en las aceras, claro que ahora estaba limosneando una buena cacha con una hembra de belleza casi criminal.
Eso washita rica piérdete en tus estupideces de hembra buenita de corazón, no te vas a dar ni cuenta en el momento que te tenga metida en mi inmundo cuchitril y te esté ensartando mi negra verga vagabunda en tu hermoso coño remilgado y de alta alcurnia según esos aires que te das estúpida…!!!, -pensaba exaltadamente el ya muy salido vagabundo notando que su estrategia estaba saliendo de película, por lo que se dio a seguir confundiéndola:
--Y entonces… no vamos a entrar a mi casita…!?, -le consultó poniéndole y mirándola cara de perro asustado.
--Lo siento, pero no puedo…!, -la hembra ya en forma un poco mas serenada se daba cuenta que era ella quien podía manejar a ese inofensivo viejito, lo único que la ponían mal en esos momentos era la infernal música de fondo que aun se sentía por las cercanías de donde ellos estaban sentados.
--Pus entonces déjame tocarte un tantito… solo eso, has feliz a este pobre viejo vagabundo que su vida solo ha sido marcada por la más profunda tristeza debido a la soledad y a las privaciones, yo se que en el fondo tu eres muy buenita…, -y junto con ir diciéndole esto último el ya muy lujurioso vejete quien creía que la hembrota ya se estaba comenzando a confundir al haberse sentado junto a él, se dio a manosearle descaradamente uno de sus suaves y dorados muslos a su total antojo y sin ni siquiera esperar la autorización de la nuevamente descolocada mujer que no sabía cómo reaccionar a ese lascivo y negro sobajeo que el viejo pordiosero le estaba practicando, mientras este último solo se dedicaba a sentir al máximo tanto su dureza como su tersura.
Jennifer en forma apenada sintió las tremendas ganas de retirarle su negra mano desde su pierna pero en un acto de solidaridad se dio a dejarlo por un momento, total, ya sabía que era ella quien estaba manejando la situación.
-Está caliente esta yegua Latina, ahora me está dejando tocarla con mi negra mano pordiosera, de seguro que ya se está comenzando a calentar, es solo que la muy puta aun no se da cuenta, le insistiré para que nos metamos en mi pocilga que tengo por casa, ya la quiero ver cuando este corcoveando puesta en 4 patas en el momento en que le tenga mi verga ensartada por el culo.
--Mi niña… que tal si nos metimos entonces al interior de mi casita y me dejas solo tocarte… solamente con eso me conformo, eso si puedes hacerlo verdad?
La hermosa cantante Latina impactada como estaba con semejante sobajeo de muslos se decía para sí misma -Dios este viejo vagabundo me sigue manoseando con su negra mano y mas encima me sigue invitando a que entre en su casucha, está realmente loco si piensa en que entraré a ella, le diré que ya es suficiente.
Y justo en el momento en que el esperpento le iba a insistir a que lo dejara seguir manoseándola sucedió el hecho que prácticamente y en forma gradual hicieron capitular a tan atractiva mujer.
Fue una fuerte balacera que se escuchaba venir por el otro lado del galpón en el cual estaban apoyados en que Jennifer sin darse cuenta y en forma impulsiva se agarró fuertemente a la andrajosa vestimenta del viejo negro con pelos canosamente motudos debido al profundo miedo que la invadió al ya creer ver que en cualquier momento se aparecían nuevamente los maleantes para llevársela lejos.
--Q… Que… que fue eso…!?, -le preguntó en forma más que alterada y apegando su exuberante anatomía al ajado cuerpo del negro vagabundo.
--Fueron balazos mijita, pero no te preocupes… conmigo estarás protegida, vamos ricura que aquí afuera no es seguro, metámonos adentro de mi casita, es humilde pero tiene calor de hogar. –El harapiento vagabundo ni se la pensó para aprovechar este momento y pasar un brazo por detrás de su espalda para luego posar su ansiosa mano negra en la remarcada y esponjosa cadera de la asustada mujer en señal de protección, aquel momento para el marchito mendigo fue sublime.
--Es que…! es que…! Aay…!! no lo sé…!!, oiga señor y habrán matado a alguien!?, -la Hembra le hablaba ahora mas apegada a él y no importándole que el mendigo ahora aparte de mantenerla bien agarrada desde su cintura con su otra mano se daba a nuevamente manosearle las piernas de la misma forma como si estuviese haciéndole cariño.

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-Lo más seguro es que así es mi washa, aquí hay mucho tráfico de drogas duras, ajustes de cuentas, y sé que en uno de los galpones hacen películas pornográficas con esos tipos que andan enmascarados, muchas veces he visto como han dejado a mujeres desnudas y que en sus tetas llevan puesta una cadena con anillos en los pezones para después dejarlas atadas a altos maderos mientras las azotan y las graban… y eso no es todo… en los años que llevo viviendo aquí he visto eso y muchas cosas más, por eso creo que lo más conveniente es que nos vayamos a acostar adentro de mi casucha ya que si esos tipos se llegan a dar cuenta de tu presencia no lo dudarán para llevarte con ellos… así que ya no seas tontita, si yo no te haré nadita…, -le decía sin dejar de sobajearle sus piernas.
CONTINUARA… PODRA EL PORDIOSERO CONVENCER A JLo DE ENTRAR A LA CASUCHA Y LUEGO CEDER A SUS BAJOS INSTINTOS

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