Invite a mi mejor amigo a dormir a mi casa, tomamos algo, y cuando menos lo pensé ya estaba borracha, y una borracha se relaja….
Empezamos a jugar de manos, pero no se si era por el alcohol, pero no parecía un juego inocente, su mirada estaba muy centrada en mi escote, y lo notaba pero me hacia la tonta.
Mientras jugábamos a veces me rozaba, pero yo no decía nada, porque me gustaba, y si era un error quería que lo siga haciendo.
En un momento terminamos muy cerca, y no me resistí y lo besé, lo besé con mucha calentura acumulada.
Empezo a mirarme con otros ojos, su tono de voz cambio y sabía lo que se me venía.
—Ponete en 4–me dijo como si nunca hubiéramos sido amigos
y yo hice caso, sentia como mi tanga se estaba mojando por la calentura.
Me empezó a bajar el pantalón, me agarraba el orto y lo besaba, yo no paraba de gemir, me encantaba
—Así te gusta putita?- me susurró mientras me seguía pasando la lengua por todos lados.
Despues me toco las tetas, que rico como me las apretaba, besaba y agarraba como si fuera suya
—Metemela— supliqué, ya no podía más
quería que me llene de leche….