La Inocente

Existen muchas formas de diversión, si sales a comerte la noche, la noche te puede engullir a ti, en esta ocasión tuve la suerte de que la pesadilla acabara, cuantas no tienen esa suerte.
¿Inocente?

¿Quién es inocente hoy en día?

Me llamo Nadia vivo y trabajo en Madrid, tengo 27 años y mucha vitalidad en el cuerpo.

Mi forma de desfogarme es como el de mucha gente, el sexo, aunque quizás lo llevo un poco al extremo.

Me encanta el sexo por el sexo, sin mas complicaciones y sin etiquetas, no me considero bisexual aunque me encantan y me lo paso muy bien con algunas chicas, fue con una de ellas, Alicia con quien hice una particular apuesta y ahora un año después tenemos la oportunidad de contar esta historia.

Fuimos a un local de Intercambios como pareja, con la intención de tener el mayor numero de relaciones en una noche.

Pronto nos integramos en el juego, yo encontré a dos chicos que pronto me tomaron las medidas, me tenían entre los dos en el séptimo cielo.

Mientras uno me hacia una comida de coño como no recordaba, el otro me estaba dando un repaso a los pezones, tomándome desde atrás que me hacia alucinar.

Los dos estaban más que dotados y cuando uno de ellos metió su polla en mi culo, me dolió algo pero poco, así que cuando me ensartaron los dos me sentí como transportada a otra dimensión.

Me estuvieron dando caña hasta que alcance un orgasmo sensacional, siguieron hasta que perdí el sentido, no me había pasado mas que una vez con anterioridad.

Cuando desperté, me asuste, estaba en otro lugar o al menos la música que había en el local había cesado.

Seguía desnuda del todo, mire alrededor y vi a Alicia que estaba tan desnuda como yo, cuando le pregunte me contó, que primero había encontrado a una antigua amiga y que después dos chicos (Por la descripción) los mismos que a mi, la habían follado hasta alcanzar un orgasmo como nunca antes y que perdió el sentido.

En ese momento ya no sabíamos si solo se trataba del "polvo" que nos habían proporcionado o alguna otra cosa, pero el caso es que estábamos allí y no sabíamos donde.

Entraron una mujer y dos tíos de esos que asustan por el tamaño y una expresión de fastidio como si estuvieran deseando machacar a alguien. La mujer hablo muy segura de lo que decía.

Chicas aquí soy vuestra Jefa, desde este momento y hasta que nos parezca estaréis aquí, hay dos formas de salir, si cumplís con lo que se os mande, puede que dentro de unos meses se os devuelva a vuestra ciudad, si nos creáis problemas acabareis en alta mar con un peso en los pies y nadie sabrá nada mas de vosotras.

Nos miramos y le aseguramos que haríamos lo que mandaran sin dar problemas.

Nos instalaron en una habitación con dos camas y un baño completo y no nos separaban, más que cuando a alguna de las dos, nos venían a buscar para llevarnos a "trabajar".

Mi primera salida fue hasta una habitación grande, donde encontré a tres tíos ya desnudos de unos 40~45 años, sin decir nada, uno me enculo de un solo golpe cosa que me dolió pues no estaba ni motivada ni acostumbrada a tanta rudeza, mientras los otros dos se turnaron para follarme la boca, corriéndose ambos antes de que lo hiciera el que me tenia enculada.

Cambiaron de posición en varias ocasiones hasta que decidieron tumbarme en el suelo sobre una alfombra que ya tenia restos ni se sabe, de cuantas veces anteriores y me follaron creo que los tres. Nunca antes había tenido tanto sexo, ni tan desagradable pues no consiguieron que alcanzara un orgasmo, aunque dudo mucho que lo intentaran.

Me llevaron de regreso a la habitación que compartía con Alicia, allí me contó que también acababa de regresar, aunque lo suyo creo que fue peor.

Había una mujer con dos perritos, estaban también los dos tipos que vimos al llegar y la "Jefa" que nos recibió, quien le dijo que si asustaba a los perritos lo pagaría.

La hicieron tumbar en el suelo, le untaron los pezones con mermelada, soltaron a los perros que primero lamieron y después mordisquearon los pezones hasta que no quedaron restos, entonces fue cuando le metieron en el coño con una "pera" de goma, mas mermelada para que los perros se la sacaran.

Al terminar la dueña quedo que regresaría dentro de un par de días y seguiría viniendo hasta que los perritos, "comieran bien" y felicito a la "Jefa" por pensar en traer mermelada apta para "diabéticos", sin azúcar.

Antes de que la trajeran de regreso a la habitación, me dijo que la habían llevado a una especie de enfermería, donde después de limpiarle un poco con desinfectante, le pusieron una inyección.

Después que entramos las dos al baño y pude ver las minúsculas dentelladas, solo pude hacer una cosa para tratar de consolarla, la bese primero en los labios y después con mucho cuidado los pezones, cuando se relajo un poco, la metí en la bañera pero a ella sola hasta que se tranquilizo del todo.

Esa noche dormimos juntas, aunque no hicimos nada y no por que no le tuviera ganas, pero es que la situación no era la más propicia.

Al día siguiente me llevaron a presencia de un, "gigante negro" y con el cipote mas grande que haya visto en mi vida, este fue un poco mas delicado pero también sin hablar, primero me hizo que se la lamiera pues una mamada con semejante aparato era imposible.

Me hizo poner a cuatro patas y para mi tranquilidad, me la endiño por el coño de forma que aun siendo doloroso, que lo fue pero mucho menos que si me la llega a endiñar por el culo.

Tardo una eternidad en correrse y cuando lo hizo fue con un grito tal que pensé que se había hecho daño y que me lo harían pagar de alguna forma. Cuando termino. Me dio la vuelta y se la tuve que limpiar y a todo esto no había pronunciado una sola palabra y yo tampoco.

Mientras me conducían a "mi" habitación, oí varias sirenas de buque por lo que entendí que estábamos en una ciudad portuaria o como poco de paso de navíos. Lo comente con Alicia que también lo había notado, además me dijo que oyó a los dos que le tocaron esa mañana hablar algunas palabras en un francés muy raro, quizás un dialecto.

Ese día tuve tres salidas mas, cada una con sus peculiaridades, la ultima fue para dos tíos que querían ver como me lo montaba con otra chica, en realidad querían ver como nos peleábamos.

La otra una chica oriental, menuda y con unos pechos que mas parecía una niña, aunque como pude ver después ya llevaba una cicatriz, creo que de una cesárea y tenia una mala leche que daba miedo.

Me dio una paliza que no olvidare, incluso me mordió una oreja y la única forma que tuve de controlarla fue metiéndole el puño entero en el coño y ahí si que se derrumbo.

Con el puño dentro abrí la mano y trataba de pellizcar cualquier cosa que pude. Entraron los dos tipos de siempre y después de separarnos, a ella le dieron unos cuantos puñetazos en el vientre pues parece ser que eso de morder no se admite, aunque a mí nadie me dijo cuales eran las normas.

Cuando ya estaba en la habitación con Alicia vino a vernos la Jefa y nos dijo.

Hoy las dos os habéis portado muy bien y por eso, esta noche seréis parte de la fiesta que se celebra aquí cada noche, ahora os traerán ropa más elegante, no la fastidiéis.

La ropa era de ensueño, lastima que todo lo demás fuera una pesadilla. Con ropa muy ligera a la vez que elegante, nos vestimos y cuando nos vino a buscar la Jefa con sus ayudantes, nos llevo a un pequeño cuarto que era un tocador, donde una mujer entrada en años. Pero que se le veía que había sido muy guapa, nos miro con ojos tristes y nos maquillo muy bien.

La fiesta se parecía mas a lo que se entiende por bacanal, había comida y bebida por todas partes, la Jefa nos dijo que adelante, podíamos comer y beber mientras nadie reclamara nuestros servicios, pero que no se nos ocurriera rechazar a nadie, fuera quien fuera porque lo pagaríamos.

Alicia y yo nos separamos y comenzamos a comer mas que a beber, pues aunque nos alimentaban varias veces al día, esa comida se veía muy bien, en un momento dado vi a un joven que estaba un poco mas bebido que el resto o me lo pareció y "sin querer", al coger una botella de vino, restregué un pecho con él.

Me miro y pregunto en un perfecto castellano, si estaba disponible, asentí para no darle pistas y me llevo a un aparte donde estuvimos hasta el final de la fiesta, al poco de llegar a esa zona, vi como Alicia hacia algo semejante, pero en este caso con una mujer, que se notaba que era una invitada.

Ellas también encontraron su rincón aunque en varias ocasiones Alicia fue a por bebida y lo hacia con cautela, para que no la "pillara" nadie mas por el camino.

Al terminar la fiesta, la Jefa con sus ayudantes fueron retirando a las chicas que resultamos ser al menos ocho, las demás mujeres eran invitadas y cuando estábamos todas fuera, fue cuando dejaron marchar a los invitados, parece que no les molesto en absoluto esa técnica.

Al principio Alicia se preocupaba de contar los días, pero después de los primeros quince ya perdió el interés y la cuenta.

Seguimos haciendo salidas regulares, dos o tres cada día yo, y ella también, además cada dos o tres días su cita con los perritos hasta que un día muy emocionada me dijo.

Bueno creo que mi pesadilla con los "putos perros" se ha terminado, hoy por fin he tenido un orgasmo, como les ha gustado, y no les puedo decir que paren, han continuado y he tenido una eyaculación, algo que era impensable en estas condiciones, pero ha sucedido.

Bueno algo es algo. Esa noche también fuimos a la fiesta, yo repetí con el joven y ella supo encontrar a otro también joven, las dos esa noche nos hartamos de follar y cuando estuvimos en la habitación comentamos que no había estado mal.

Dos días después, la sorpresa fue mía ya que me sacaron como otras veces, pensé que serian uno o varios hombres pero resultaron ser los perros. La dueña se quería asegurar que los perros lamerían la mermelada de cualquier cuerpo, no solo del que estaban acostumbrados a hacerlo.

Esos perros se habían enviciado con la mermelada y me dieron un repaso tal, que alcance un prolongado orgasmo que nadie trato de interrumpir, parece ser que el dulce de la mermelada junto con el salado-acido-agrio de los jugos les gustaba y hasta que no se quedaron satisfechos no pararon.

La dueña dio por finalizado el entrenamiento, cosa que nos pareció estupendo, aunque eso daba más tiempo a que dispusieran de nosotras a su antojo.

Ese día tuvimos en general poco trabajo, yo solo estuve con el "gigante negro", que esta vez paseo su verga por mi espalda asustándome de verdad hasta que la metió lentamente por el coño mientras me acariciaba la entrada del culo con un dedo.

La follada fue impresionante, pero nada brutal como la primera vez, en esta ocasión no se corrió dentro, la saco, me dio la vuelta y me hizo abrir la boca donde apunto, trague la que pude pues es lo que quería pero una parte importante la tiro en la cara los pechos el vientre y eso parece que le satisfizo pues se fue riendo sin esperar a que se la limpiara.

Esa noche la Jefa nos encargo algo muy especial, entre las dos nos teníamos que encargar de satisfacer, cualquier deseo de una señora que nos señalo.

Era la dueña de los perritos, cuando nos acercamos a ella nos ordeno que nos pusiéramos de la misma forma que "sus perritos", una a cada lado suyo y restregándonos con sus piernas, ella de vez en cuando nos tomaba del cogote y le teníamos que hacer una comida de coño, primero una y después la otra, cuando le pareció, se desnudo del todo, se unto de mermelada las tetas y se las tuvimos que lamer, como hacían sus perritos.

Cuando estábamos terminando, aparecieron dos tipos que nos encularon a las dos a lo bestia y después de darnos muy, pero muy fuerte, fue cuando la Jefa nos dijo que ya podíamos salir.

Ya fuera nos dijo casi sin darle importancia.

Esto de hoy no lo toméis como un castigo, solo tenia que parecerlo, parece que uno de los perros, a los que ya le he aconsejado que le corte las uñas la araño esta mañana cuando se han tomado "El desayuno" de sus pechos y le ha dejado una pequeña señal que quizás hayáis visto.

Seguimos en ese sitio varios meses, hasta que una mañana dejamos de oír el ajetreo normal de cada día, en cambio en un momento dado oímos muy cerca el sonido de una sirena que parecía de ambulancia o policía.

Cuando nos estábamos duchando, alguien entro en nuestra habitación, salimos desnudas las dos pues oímos ruido de mover muebles, vimos a tres tipos con armas y con unas letras inmensas en el chaleco que llevaban que ponía "POLICIA" uno de ellos nos pidió disculpas, ordeno a los demás girarse y nos pidió que nos vistiéramos, apareció una mujer policía que fue la que ya no nos dejo hasta aclarar quienes éramos y que es lo que hacíamos allí.

La pesadilla había terminado, estábamos muy cerca de la costa a unos kilómetros del puerto de Sagunto en un complejo industrial. Según nos informaron había habido un chivatazo que fue lo que hizo posible desmantelar el sitio aunque no había detenciones de momento.

Cuando ya salíamos de las dependencias policiales, salieron corriendo de un despacho los "putos perros" y comenzaron a ladrarle de forma insistente a Alicia, ella llamo a uno de los policías que nos habían tomado declaración y le dijo que conocía a la dueña de esos perros.

Nos metieron en un despacho otra vez y un señor muy amable de unos cincuenta años que se identifico como "Jefe de la brigada especial" a quien acompañaban algunos de los que conocíamos de habernos trasladado y tomado declaración.

Nos dijo que podíamos presentar una queja oficial contra la "dueña" de los perros, si su comportamiento nos había perjudicado de alguna forma pero que había estado infiltrada más de un año y que eso hundiría la investigación.

Nos fuimos pues en realidad lo que queríamos era recuperar nuestras vidas, que la policía se encargara de seguir la investigación, nos dijeron que no seria necesario nuestro testimonio directo, solo alguna identificación si alguno de los implicados encontraba algún resquicio para eludir responsabilidades.

Volvimos a casa y tratamos de recuperar nuestras vidas, nos readmitieron en el trabajo a las dos ya que no habíamos marchado por voluntad propia, pero a partir del regreso solo salíamos con amigos y conocidos, o sus conocidos a lo sumo y ya nunca más solas.


fuente: todorelatos

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