acto sensual

Ahi estaba... completamente desnuda en mi cama. Casi se me cayó la botella y las copas. Hermosa mujer de 36 años. Me acerqué y comencé a besar su pies, cada uno de sus dedos, comencé a besarlos con mis labios bien mojados. Mi lengua recorría sus pies pequeños y bellísimos. Francisca estaba acostada serena, disfrutando, pasiva, dejando que me apoderara palmo a palmo de su cuerpo. Subí acariciando sus piernas, sus rodillas y sus muslos, mis manos los recorrieron, la punta de mis dedos se acercaban ligeramente a su entre pierna, sin llegar a su sexo, amagaba pero no me hundía en sus humedades. Francisca abría su boca gimiendo de placer, su respiración empezaba a entrecortarse, abrió sus piernas dejando a la vista su conchita hermosa mojada, suave, con una labios vaginales perfectos, rosados, tenía un poco de vello, me encantó, me gustan las mujeres con su pubis normal, sin la exageración de mucho vello pero tampoco la insipidez de una depilación total. Algo me llamó mucho la atención: el tamaño y lo rosado de su clítoris, Francisca, diría que inconscientemente poco a poco se lo acariciaba y éste crecía. No aguanté, enseguida mis labios estaban chupando su clitoris, hermoso, caliente... duro. Lo apretaba con mis labios y lo succionaba para que se estirara dentro de mi boca, la punta de mi lengua lo recorría rítmicamente. Francisca comenzaba a contrer los músculos de su vagina, apretaba mi cabeza con sus piernas. Yo no paraba de lamer, de frotarla con mi lengua. Esperá me dijo, acostate, boca arriba. Obedecí. Ella comenzó a desnudarme y se sentó sobre mi boca, sus jugos llenaron mi lengua, comenzó a coger mi boca
,se movía y con cada movimiento frotaba su concha y su clitoris contra mi lengua. Cada vez que iba para adelante acariciaba por arriba del pantalón mi pija que ya estaba completamente al palo. Desabrochó mi bragueta, bajó mis pantalones hasta las rodillas y mi boxer. Mi falo durísimo, rojo y gordo saltó hacia ella. Empezó a moverse cada vez más rápido hipnotizada por mi falo. Mi lengua la cogía con rapidez, Francisca empezó a tener su primer orgasmo, muy fuette, moviéndose rápido, duro, a punto de estallar apoyó su cuerpo en el mío y se comió mi pija, tuve que esforzarme por no acabar enseguida. Todavía no quiero tu leche me dijo. Con mi pija en su boca dió sus movimientos más potentes y me acabó en la boca, sus jugos se derramaron por mi cara. Era increíble lo mojada que estaba.
Quedó tendida sobre mí, con la cabezota de mi pija en su boca, a la cual se pasaba la lengua despacito, como una bebita a punto de dormir.

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