En la oficina (Parte 2)

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Cata se limpió con unos papeles que había en un escritorio el semen que todavía tenía en la cara.
Yo que había quedado muy caliente con el regalito que me había hecho, fui derecho a ella, hice que apoyara la cola en el escritorio y ahí, enfrentados, la empece a besar con ganas le comi la boca, le lamí el cuello y las orejas, mientras con mis manos le acariciaba la espalda, la cola y las tetas, un poco cada cosa, la verdad que me había dejado al palo.
Decidí que ella se merecía algo mas. Comencé a desprenderle los botones de su camisa, mientras le acariciaba su abdomen y sus pechos, fui metiendo mi mano por entre el corpiño y las tetas... estaban preciosas bien lisitas y con los pezoncitos duritos, jugue un rato con ellos haciendo que se movieran entre mis dedos pulgar e índice, mientras la besaba.
Le saque la camisa, le desabroche el corpiño y no me quedo mas que disfrutar de sus hermosas tetas cosa que hice con muchas ganas. Las fui lamiendo de a poquito, las besabas, mordisqueba sus pezones, pasaba de una teta a la otra con mi boca, succionandoselas despacito, la teta que me quedaba libre aprovechaba a acariciarla, jugar con ella, posar toda mi mano sobre ella e ir apretando de a poco, para después aflojar y volver a realizar el mismo jueguito de apretar y aflojar. Se notaba que a ella le gustaba, ya que cambió su respiración, pasó a ser entrecortada y sus manos las enredaba entre mis pelos acariciandome la cabeza.
Seguí bajando con mi boca y mi lengua por el abdomen, hasta que llegue a su cintura, fue cuando empece a pasar mis manos entre sus piernas acariciando su vagina por encima de la tela de su pantalón. La separaba un poco del escritorio para poder acariciarle la cola. En esa posición en la que yo estaba (casi agachado) le fui desprendiendo el botón, le bajé el cierre del pantalón y lo hice caer, para dejarla solo con la tanguita.
Me acerque a su pubis y creía que me moría, de su vagina bien depiladita subía un olorcito tan rico que se fue quedando atrapado en mi nariz, que hermoso aroma que tenía el sexo, la concha de Cata, era lo que faltaba para terminar de enloquecerme.
Tuve que ir a jugar con mis manos a su cola y a su vagina, pero ahora por arriba de la tela de la tanguita lo que hacía que se sintiera mucho mas rico, se sentía ese calorcito y esa humedad que desprendía la conchita de Cata.
Mientras la iba acariciando, aprovechaba para poder ir introduciendo mis dedos por debajo de la tanga, cuestión que fuera rozando sus labios y su clítoris, esto a ella le encantaba, yo aprovechaba para ir acariciándole la cola ya con mi mano por debajo de la tanga y tener mi cara muy cerca a su sexo.
Luego de jugar un rato de esta manera, le baje la tanga y la senté en el escritorio, haciendo que abriera sus piernas lo mas que ella podía, yo me arrodillé frente a su vagina y arranque a lamersela toda, los jugos de su conchita sabían de forma muy rica, era hermoso tenerlos en la boca y lamer mis labios y tragarme eso tan rico que desprendía la vagina de mi compañera de oficina. Lamí sus labios despacito hasta subir al clítoris para poder apoyar mis boca en él y hacer como que lo mordisqueaba un poquito, esto a Cata le encantó, tanto que sus manos se movían de manera desordenada en mi pelo, llegando a un momento en que hacía fuerza con sus manos hacia su vagina pegando mi cara contra ella. Como pude me separe un poquito y mientras continuaba lamiendo su clítoris, le introducí un dedo en su vagina. Primero fue un poquito, para después meterlo todo y empezar a moverlo dentro de ella, algo que la hacía poner como loca, yo estando entre sus piernas, sentía como se contorneaba de placer mientras gemía. Le fui metiendo un dedo mas, y después otro más y seguí moviendoselos. Cata ya no daba más de tanto placer y me pidió que parara y se la metiera...

Pero eso se los voy a contar con lujos de detalle en la próxima entrega

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