Mi vida en Europa 2: mi cuñada 1

Continuando con mi vida en Europa, hoy les traigo un segmento de algo que tengo guardado desde hace tiempo, realmente no sé cuando lo escribí, tal vez por ahí en el 2015/16, el caso es que es una historia todavía actual que cada día se escribe, tal vez no en papel, pero sí en mi vida...

esta es la primera parte... espero que la disfruten!
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Se trata de mi cuñada, una mujer casada de 37 años, y actualmente con 3 hijos... esta historia se remonta cuando tenía todavía 2... hace 1 año.

Ella es una mujer que físicamente no es atractiva, no tiene un cuerpo llamativo, culo pequeño, senos pequeños, flaca, rubia, blanca, de ojos verdes, y facciones muy delicadas, o sea, tampoco está tan mal. Si no la conociera jamás pensaría que pasa de los 35 años y con 3 hijos (actualmente).

En lo personal es muy fría, tiene un humor algo ácido, y la verdad es que no sé cómo ha tenido tantos hijos porque es muy seca con el marido... y para empezar no sé por qué se casó... el marido siempre la busca para besarla, y ella lo esquiva con asco, y no le gusta que la abrase... sin embargo, no sé cómo quedó embarazada por 3ra vez...

Cuando la conocí, vi todas estas características de inmediato, y mi ojo scaneador de culos la sacó de la base de datos, además es mi cuñada.

Un día estábamos todos en la piscina, eso fue más o menos en abril de 2014,... se levantó y uno de los labios de la panocha le quedó por fuera del bikini. Yo estaba sentado en el suelo, justo frente a ella, y no pude evitar mirarla, y por supuesto quedé hipnotizado. Me asusté cuando se acomodó el bikini y automáticamente la miré a la cara y me estaba mirando, con ojos reprochadores, parece que no le había gustado para nada.

No pasó nada importante... sólo me quedé con esa imagen para mí sólo.

Al siguiente fin de semana, mi mujer y yo fuimos a comer donde los suegros. Allí viven los suegros y la cuñada con el marido y los niños en el segundo piso.

Ella tenía un pantalón deportivo que le quedaba bastante holgado por lo flaca que es... pero me di cuenta de que tenía un «cameltoe» de talla competitiva y ahí sí se me fue el cabeza para otro lado. Lo peor fue que ella se dio cuenta otra vez. Y tenía la ligera impresión de que le había contado algo al marido porque de una vez la estaba abrazando y besuqueando asquerosamente delante de todos... ella se veía toda desagradada, pero se dejaba.

Este tipo de hechos, de que estaba pendiente de su papo y ella se daba cuenta que la estaba mirando se hizo habitual, tanto que ya me daba igual que se diera cuenta, total todavía no me había dicho nada, ni nadie me había reclamado...

Un par de semanas después, yo estaba jugando con los niños en su casa. Ella estaba leyendo un libro ahí en la sala donde estábamos. De repente de la nada, quiso acercarse a ver qué estábamos haciendo (jugando con legos) y se agachó, pero sin doblar las rodillas sino dobló el cuerpo y se le bajó el escote de la blusa que tenía.

No tenía sostén y le vi los senos completicos, nada pequeños como me los imaginaba, y lo mejor eran sus pezones medianos y rosaditos. Pero la pregunta era por qué carajos hacía algo así??? obvio que lo hizo a propósito. Y como siempre, ella se dio cuenta.... yo estaba como un idiota mirando sus senos, y ella estaba mirando mis ojos de reojo. Luego de eso, se volvió a sentar en su puesto, y no me quitaba la mirada de encima, yo no sabía cómo actuar, y lo más excitante fue que empezó a acariciarse el pecho, claro no directamente los senos, sino en la mitad... eso me puso durísimo de una vez, y la desgraciada me miraba en la entrepierna, yo no sabía si se me marcaba el mástil, pero estaba que explotaba... la cosa no pasó a más de eso... eso fue todo. sin embargo, yo estaba caliente.

Comencé a decirle que se veía bonita cada vez que la veía, que tenía buena ropa, que si había ido a la peluquería, y ahí empezamos a tener más confianza. Ya le echaba piropos cuando estaba en traje de baño y se ponía toda roja y nerviosa... claro yo lo hacía cuando estábamos solos.

Ella tiene ciertos problemas con el marido, él trabaja mucho y casi nunca está en la casa, y dado a que ya teníamos buena confianza me pedía que le cuidara los niños, que los buscara a la escuela... no siempre, pero sí digamos que al menos dos veces al mes... y yo lo hago porque le tengo cariño a los niños y punto... pero eso significa mucho para una mujer cuando el marido no es capaz de hacer lo básico. También se me pasaba por la cabeza que yo estaba haciendo el papel del verdadero idiota, por un lado «me hago cargo» de los hijos mientras él trabaja durante la semana, y durante el fin de semana él tachonea a su mujer y yo tengo que hacerme a un lado sin nada que reclamar, sin nada que decir.

Por ahí en julio del año pasado fuimos a otra piscina, ese día sí me calentó a mil... yo estaba acostado en una tienda playera, no sé cómo se le dice a eso, una silla como para acostarse... era una hilera de estas sillas colocadas una al lado de la otra como a 3 metros de separación. Por un momento todo el mundo se fue y nos quedamos solos. Ella estaba leyendo un libro y yo estaba escuchando música. De repente nos miramos a los ojos y ninguno bajó la mirada. Con una mano sostenía el libro y la otra la descansaba en su pecho; miró a los lados y empezó a bajar su mano poco a poco. Yo me acomodé para mirarla mejor, me coloqué una toalla encima de la cabeza como para simular que estaba durmiendo en caso de que llegaran los demás no se dieran cuenta. Pero ella sí sabía que la estaba mirando.

detuvo su mano casi llegando al ombligo y la volvió a subir, lentamente... no quitaba su mirada sobre mis ojos, le gustaba.

bajó nuevamente su mano, pasó por el ombligo y lo rodeaba con círculos... yo me imaginaba sus vellos rubios en su abdomen, saboreando su suave y blanca piel. Se acariciaba con la punta de sus dedos por todo su abdomen, con movimientos lentos... subía hasta su pecho y luego bajaba... Tantas cosas me pasaban por la cabeza... y mientras se acariciaba me miraba a los ojos...
Miró a los lados, y llevó su mano hasta la orilla del bikini. Yo tenía una erección enorme, menos mal que nadie llegó en ese momento ni me hicieron levantar.

Acariciaba su vientre suavemente y no me quitaba la mirada de encima. Volvió a mirar a los lados por 3ra vez, se mordió el labio inferior y metió su mano por debajo del bikini. Yo me quité la toalla rápidamente y miré a todos lados y había gente por ahí caminando, pero como que estaban en su mundo y no se daban cuenta. Ella se empezó a reír y siguió con su auto masaje. Yo sentía la cara roja de la excitación, sentía que el corazón se me iba a salir. Estaba que me lanzaba sobre ella, pero habría sido estúpido y habría terminado todo allí.

Tenía un bikini negro que le hacía resaltar su color de piel... se veía espectacular... tal vez no es la mujer más hermosa, pero me tenía la verga a reventar, y sólo la estaba mirando....

Ella seguía con su mano bajo el bikini, mordiéndose los labios, cerrando de vez en cuando los ojos y mirándome con lujuria... me imaginaba esa panocha rosadita y abultada como el cameltoe del otro día...

Lamentablemente eso no duró mucho, y no pude ver más, al cabo de unos 5 min desde que metió su mano bajo el bikini llegaron los niños y se acabó la acción.

====== Ese día me dije: lengüetearle la cajeta a la cuñada es un objetivo alcanzable ======

Los días próximos ella se mostró fría como siempre, pero cuando estábamos solos actuaba con mucha confianza, así que traté de llevarle el juego, como para no asustarla... también pensé que ella a lo mejor estaba aburrida de su relación, y no quería una nueva, sino simplemente sentirse una mujer deseada, al menos por un par de minutos y sin llegar a lo físico.

Se hizo frecuente que cada vez que quería que le pasara algo de la mesa, me tocaba la pierna, cosas así, yo también hacía lo mismo, y ella no se quejaba.

Un día nos quedamos «solos», los niños estaban jugando solos afuera, mi mujer se quedó dormida en el piso de abajo después del almuerzo, los suegros estaban viendo tv, el marido estaba fuera de la ciudad, y yo estaba arriba con ella acompañándola mientras lavaba los platos y hablábamos un poco, sobre el trabajo, obligaciones, gustos etc, etc. La ayudé a secar los platos, ella insistió en que no lo hiciera, pero no le presté atención y seguí haciéndolo.

Al cabo de un rato nos miramos a los ojos, y no nos quitamos la mirada, de la nada sentí mucha excitación y pensé que ese era el momento para al menos darle un beso, o acariciarla, pero algo me frenaba. Empecé a mirarle los labios, y luego los ojos, para ver su reacción, y sus ojos se pusieron rojos y aguados, como si fuese a llorar, pero no era eso lo que estaba pasando... tal vez ella sentía lo mismo que yo y no sabía cómo manejarlo.

Yo estaba arrecostado de espalda al lavaplatos, y apoyé mi mano izquierda un poco más cerca hacía ella. Ella como una adolescente inexperta, colocó su mano derecha cerca de la mía, así que me acerqué un poco más y le agarré la mano, la acariciaba suavemente, y ella cerró los ojos.

 Esa fue mi luz verde, y me paré detrás de ella y comencé a acariciarle los brazos, muy suavemente, tratando de sentir cada delicadeza, cada detalle de su piel. Ella seguía con los ojos cerrados y respirando agitada. Yo tenía ganas de ir directo al punto, pero preferí ir poco a poco. Así que lo que hice fue abrazarla por la espalda y nada más, ella se relajó y descargó su peso sobre el mío, y puso sus brazos sobre los míos.

3 comentarios - Mi vida en Europa 2: mi cuñada 1

Jonathan_malbec
Es un embole el relato...
vaan28
Continua bro. Es exitante el paso a paso. Solo no te demores.
luismiguelito78
Lo cortaste en el mejor momento!!! Buenísimo
No dejes de avisarme para la continuación
Mi vida en Europa 2: mi cuñada 1