Cartas de un admirador

Mi nombre es Milla Castell, tengo 35 años, no soy una mujer hermosa, no tengo un cuerpo voluptuoso, ni en forma de reloj, pero siempre me he robado un par de miradas cuando camino por la calle, empecé a trabajar hace un par de meses en una empresa que se dedica ha la producción de comerciales y películas, mi uniforme es una camisa blanca manga larga, falda corte lápiz, medias color piel y unos zapatos de apenas 4 CM de alto en color negro, en cuanto al dueño de la empresa si apenas lo conozco es exagerar en estos meses solo lo he visto 2 veces y de lejos, solo en un ocasión me encontré con él, pero fue más un accidente que nada, esa mañana llegué al límite de mi hora de entrada, ya que había pasado al registro civil ha firmar los papeles de mi divorcio, hiba casi corriendo, quería alcanzar el ascensor, mi zapatilla se me salió la tomé en mi manos y salí corriendo en cuanto alcance el elevador abierto, me agache para color mi zapatilla, estaba absorta en mi labor que no me di cuenta que mi no tan llamativo trasero estaba ha tan solo dos centímetros de mi casi inexpresivo jefe, cuando me di cuenta de la situación me levanté cual resorte rebota haciendo que uno de los botones, saliera volando de mi camisa de dejando ver mis senos, los cuales descansaban en un brasier de encaje color rosa, a penas y se abrió el elevador salí corriendo, ese dia la mañana transcurrió normal, fui ha tomar mi desayuno y cunado regrese había un sobre rojo, y un hermoso broche, el cual tome y coloque para cerrar, el botón restante de mi camisa, tome la carta y en ella están con una letra perfectamente escrito,

De tu admirador
Sabes hace mucho que te he observado y no he podido dejar de pensar en ti, al inicio no te dije nada por qué sabía que aún seguías casada pero hoy que por fin se que eres una mujer libre, no decistire de mi intención, déjame decirte que está mañana no se cómo tu jefe se podido contener, pero para ser honestos quería ser yo el que estuviera en ese momento,haber deslizado mis manos sobre tus muslos internos haciendo que tú falda subiera hasta tus caderas pegando mi cuerpo ha ese trasero, tan exquisito que tienes mientras besaba tu cuello, perdón si sueno pervertido, pero eso deseaba y cunado por fin observé tu pecho por dios, son del tamaño perfecto uno en cada mano, pero no quiero que nadie vea lo que será mío, así que ese prendedor servirá para que nadie vea tus lindos senos.

Posdata: seré el hombre de tus sueños húmedo.

Honestamente no lo sentí como un acosador, pero me sentí acalorada, me comencé ha abanicar con la carta, cunado veo que la oficina de mi jefe se abre y sale este de ella, mi cara es un poema, estoy más roja que un tomate y solo se acerca y me dice con una voz gruesa y ronca, que es un lindo prendedor y se marcha, entre esa carta y mi excitante jefe dios míos mis bragas están mojadas y mis pezones se pusieron duros de solo recordar cómo mi jefe detallaba y no apartaba su vista de mi trasero y mis pechos.

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