Los pololos de mi hermana… (III)




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😃
¡Hola a todos!
Continuo ahora con las cosas que conversamos esa maravillosa tarde que pasé con mi hermana…
😍
(Porque al final de ese día, quedamos con tantas ganas, que recordamos los “buenos tiempos” que pasábamos cuando estábamos solteras… y sip, fue muy refrescante para las 2 😉 )
😦
¡Quedé plop al saber que el tal Martín era el pololo de Patty, una de sus mejores amigas del colegio!
O sea, hasta yo la conocí y era bien simpática y fina…
Pelo negro, delgada, chiquitita y pecosa…
Pero también había quedado en la universidad con mi hermana y estaba pololeando con Martín, por casi 2 años.
😓
“¡Es que Martín es súper rico, Mari! ¡Es de esos minos que te quedas mirando cuando pasan!” se justificó mi hermana.
Me contó que era como del porte de mi marido, rubiecito, con rulitos y de ojitos celestes.
Fue un delantero de no sé qué equipo y práctica también natación, así que me imagino que debe verse más o menos como mi marido.
Decía mi hermana que las amiguis se encontraron el mismo día que vieron las listas de alumnos aceptados en la U y que Patty la vio en la cola.
La vino a saludar y le dijo que estaba entrando a estudiar Química y que su pololo, que estudiaba Ingeniería Industrial, le iba a dar una mano.
😔 😞
No me gustó para nada cuando me dijo que le gustó Martín desde la primera vez que lo vio.
De partida, como que le brillaban los ojitos y su voz se puso como nerviosa, así como cuando alguien te gusta demasiado.
Segundo, yo conocí a Patty y no fue mala amiga de mi hermana: eran prácticamente comadres y conversaban bastante en la escuela.
Pero igual me dijo que esa vez (y por varios meses después), Martín ni la infló mucho, porque tenía sus propias cosas en la mente.
😕 😑 😔 😞 😰
Pero todo eso cambió una tarde que se quedó en la universidad.
Ella ya le había dicho a Ramiro que se quedaría estudiando, porque le iban a tomar un control y su pololo se fue solito para su casa.
Pero la verdad era que Ariel le había mandado un mensaje por el celular, para que se juntaran.
Y otra vez, se metieron en un baño de hombres, de una de las carreras que ya estaban desocupadas y Ariel le estaba rompiendo la cola, cuando de repente, se abre la puerta…
😳 😳
¡Mi hermana no podía creer que fuera Martín!
Y lo que era peor, es que estaba completamente desnuda, apoyada a la pared, con los pechos colgando y con el pene de Ariel bombeándole sin cesar.
“¡Lo siento!” alcanzó a decir Martín, al verlos y hasta la reconoció.
“¡Cierra la puerta, huevón!” le gritó Ariel, que ni siquiera se frenaba para bombear.
Y claro, Martín caminó hacia atrás, sin dejar de mirar cómo a mi hermana le daban por la cola…
😦 😨 😰
Dice mi hermana que se empezó a asustar, porque Martín también conocía a Ramiro y le preocupaba si le contaría algo a Patty…
“¡Espera! ¡Ciérrala, pero quédate adentro!” le dijo Ariel a Martín.
😳 😩 😖 😫 😵
Dijo que no sabe por qué lo hizo, pero ahí Martín y ella se miraban como asustados.
O sea, Martín hace deporte y tiene buen físico, pero Ariel tiene pinta de malo que igual asusta a cualquiera.
😩 😫 😩 😖
Y tampoco sabe por qué le empezó a dar más duro y a decir esas cosas de mi hermana.
“¡Mira cómo me culeo a esta puta! ¡Anda pololeando, pero cosa que la llame y me entrega el culo sola!” algo así le dijo, casi gritándoselo a la cara…
Era toda una plancha para mi hermana que la tratara de puta frente a uno de los chicos que le gustaba…
(En especial cuando estaba gozando como una...)
Pero también, como que le gustaba que fuera él quien la viera.
😩 😖 😩 😖
Mi hermana decía que miraba a Martín, como pidiendo ayuda…
Pero tampoco quería mucho que él la ayudará, porque la estaba igual pasando bárbaro...
😓
(En serio, para mí era bien incómodo no saber si lo disfrutaba, se sentía avergonzada o qué, porque el rosado de su cara decía una cosa, pero sus ojos y su voz decían otra.)
Y cuando Ariel se corrió en ella, se desató todo…
“¡Tiene el culo más partido que una mierda! ¡Y su pololo ni siquiera se da cuenta! ¡Más encima, se chupa todo y se lo traga! ¡Vamos, puta! ¡Chúpale al amigo, para que te vea!”
😳 😳 😳
Mi hermana le miró, como diciendo que eso sí que no.
Y Martín, trató de ser caballero…
“¡Está bien, compadre! ¡No es necesario! ¡Todo tranqui!”
Pero Ariel se enfadó…
😡 😡 😡
“¡No seai hueón! ¡La mina tiene las feroces gomas, unos labios gordos de puta y es loca para chupar pichulas! ¿Creís que te vas a encontrar otra puta así?”
Mi hermana dice que la voz de Ariel se puso tan fuerte, que asustó a los 2. Pero que, hasta último momento, Martín se resistió.
“¡Lo siento!” le alcanzó a decir mi hermana, antes de desabrocharle el cierre del pantalón…
Y mi hermana se puso como contenta, otra vez, al describirme el pene de Martín…
😓 😓
Dijo que lo tenía como del mismo porte que el de Ramiro, pero estaba más gordito, más blanquito y más pelado de las bolitas, que le recordaron bombones de chocolate blanco y una cabecita rosadita, medio gorda y que le parecía bien rica.
Y que ni siquiera necesitó que Ariel se lo dijera, porque se lo empezó a comer solita apenas la vio.
😩 😖 😩 😖
Martín suspiraba duro, mientras mi hermana chupaba con mucho entusiasmo, pensando que nunca más tendría la oportunidad de comerle el pene.
“¿Viste cómo le gusta a la puta?” le preguntaba Ariel, que se acercaba por detrás a mi hermana, otra vez empalmado.
“Sí… chupa rico…” le respondió, gozando la mamada de su vida.
“Y prefiere dar el culo, para no engañar a su pololo, la muy maraca…” le dijo Ariel, clavándosela al vuelo a mi hermana…
😬 😬 😬
Mi hermana otra vez estaba toda colorada, diciéndome lo rico que era todo eso, porque por un lado, le metían un tremendo palo por el trasero y le apretaban la cabeza hacia las bolitas de uno de los chicos que más le gustaba y que también él se meneaba despacito, para que se la comiera mejor.
La estaba pasando espectacular y aunque Martín se fue cortado a los pocos minutos, le siguió chupando mi hermana hasta que se le volvió a agrandar y que no paró de chuparle hasta que acabara por segunda vez, incluso después de que Ariel se corriera por su colita.
💦 💦
Dijo que hasta la leche de Martín tenía un sabor rico y que cuando todo terminó, se quedó chupeteando otro poco más, dejándosela bien limpia.
“¡Ya, compadre! ¡Te dejo! ¡Tengo hambre y vivo a la chucha del mundo! ¡Si la ves, vos tíratela no más! ¡Chaolín!” les dijo, antes de cerrar la puerta.
Como que igual le dio lata a mi hermana, porque tuvo que parar de chuparle el pene a Martín, apenas se fue y empezaron a disculparse… XD
😔 😔
“¡Lo siento!” se disculpó mi hermana, un poquito arrepentida…
“¡No, si no fue nada!... ¡Discúlpame por correrme en tu boca 2 veces!” se disculpó Martín.
😏
“¡No, si eso no fue problema!... ¡Estaba bastante rica y tenía muy buen sabor!” le respondió mi hermana…
Y dice que los ojitos celestes de Martín la miraron súper genial…
“¿Te gustó?”
“Sí… o sea… no es tan amarga como la de Ariel… y aunque Ramiro tiene un sabor más rico… tú das como más jugo…” se trató de justificar mi hermana.
“¡Claro!... yo me dejé llevar porque Patty nunca se lo traga… y tú ni siquiera hiciste el intento por sacar la cabeza…”
“¡Es que me gusta hacerlo! ¡Pero por favor, tú no le digas nada a Ramiro o a la Patty! ¡De verdad, quiero mucho a Ramiro y esto es solo un accidente!” le pidió mi hermana.
“¡No! Si le cuento a la Patty que su mejor amiga me dio la mejor chupada de mi vida, me mata… así que no tienes que preocuparte.” Le respondió Martin medio riéndose.
Pero claro… eso no fue el final…
😉

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